«Mi experiencia espiritual está relacionada con un revivir directo y sensible de los acontecimientos históricos asociados a los últimos años de la vida de Cristo. Se podría decir que se trata de un "viaje en el tiempo": la vivencia se traslada en este caso al Cenáculo de Jerusalén durante el Jueves Santo. Mis sentidos perciben un conjunto de estímulos, tal y como lo hacen en un estado de plena conciencia. Puedo tener percepciones visuales de las personas del tiempo de Jesús y de su entorno, de su cultura y modo de vida. Así, por ejemplo, puedo escuchar el habla de las personas, notar el suelo bajo mis pies, sentir el frío y el calor...» Judith von Halle Leer más