Relaciones kármicas, Tomo 3

El intelectualismo y la constitución anímica que le precedió. Acogida de los pensamientos desde el éter del mundo. El aristotelismo hispano-arábigo mantiene aún en el comienzo de la Edad Media la antigua visión de la realidad. Dos corrientes espirituales: los filósofos arabizantes y los escolásticos que les combatían representando el individualismo. Intensas luchas interiores en el tiempo de la contienda por el Alma Consciente y la realidad del pensar.

Fuerzas preparatorias kármico-cósmicas. En el karma actúan las anteriores encarnaciones sobre las posteriores como un instinto espiritual dentro del Yo; este actuar llega a ser consciente después de la muerte. La red de las relaciones kármicas. Las consecuencias celestiales de ciertos acontecimientos descienden sobre la Tierra, como una lluvia fina, en imágenes que reflejan los pensamientos.

La relación de los procesos en el cielo con la existencia humana en la Tierra. Lo que ocurre aquí en la Tierra tiene su correlato en el mundo espiritual y se expresa en la escritura de las estrellas. La añoranza de Cristo acompaña a muchas almas desde la existencia pre-terrenal a la terrenal, el esfuerzo y la aspiración de reconocer de nuevo a Cristo como el Ser solar: un efecto posterior de las grandes imaginaciones cósmicas.

Hay que distinguir dos grupos de almas en el movimiento antroposófico: uno con una necesidad más interior del corazón de situar a Cristo en el centro; el otro conocerle desde la Cosmología, desde la historia de la Tierra y de la humanidad. Las condiciones para estas agrupaciones se remontan hasta el tiempo de los oráculos atlantes. Especialmente importante es la encarnación que se encuentra en los primeros siglos cristianos.

Lo común en la constitución anímica de ambos grupos en los primeros siglos cristianos era una vivencia del tejer aúrico en la naturaleza y del fluir de una clara espiritualidad entre el dormirse y el despertar. Junto al sentimiento de la inocencia de la naturaleza, apareció en los siglos V y VI la reflexión sobre la profundidad de las fuerzas que desatan en el alma humana el Bien y el Mal.

En los primeros siglos cristianos existían elevados centros de conocimiento, surgidos de lo que quedó rezagado de los Misterios. Aquí no se hablaba de leyes naturales sino de la fuerza creadora de la diosa Natura. La Escuela de Chartres, Cluni. Incluso en la Universidad de Orleans fueron cultivadas enseñanzas de esta clase al final del siglo XIII. Platónicos y aristotélicos.

El manejo de la inteligencia a través de la personalidad humana conduce al hombre a la libertad de la voluntad. La corriente descendente desde el Cielo a la Tierra de la Inteligencia Cósmica desde los primeros siglos cristianos hasta los siglos VIII y IX. La escolástica: una lucha del hombre por conseguir claridad sobre la inteligencia que descendía. En ella se puede incorporar el Alma Consciente. La gran crisis que va desde el comienzo del siglo XV hasta nuestros días es la lucha de Ahriman contra San Miguel: Ahriman quiere hacer totalmente terrenal la anterior Inteligencia Cósmica.

La penúltima regencia de San Miguel, su carácter cosmopolita y su meta: a pesar del Pecado original el hombre puede elevarse a la divinidad. Desde los siglos VIII y IX, la administración de la Inteligencia pasó de estar en manos de San Miguel a estar en manos de los hombres. La lucha de los escolásticos contra los post-aristotélicos mahometanos. La palabra del arcángel San Miguel es: el hombre debe llegar a al comprensión de lo divino en la Tierra en una forma carente de pecado. En Raimundo de Sabiunda se encontraba un reflejo terrenal de las enseñanzas suprasensibles del arcángel San Miguel. El impulso del arcángel no hay que leerlo sólo en el libro de la Revelación, sino también en el libro de la Naturaleza.

Las fuerzas de San Miguel obran sobre todo el hombre y debido a ello actúan vigorosamente en el karma físico. El tiempo de la gran crisis. Lo decisivo del impulso de San Miguel. Lo espiritual se prepara para ser lo que dé configuración a las razas. El intelectualismo que en nuestro tiempo está extendido por todas partes, es alimento espiritual para los poderes ahrimánicos. Las posibilidades de intervención de Ahriman en la civilización serán cada vez mayores. Es el tiempo de las grandes decisiones.

Necesidad para los antropósofos de la iniciativa interior propia de la vida anímica y de la consideración de las condiciones previas y las contraimágenes. La verdad del materialismo sólo es válida en lo físico. Lo estremecedor en el karma de los hombres que no pueden acercarse a lo espiritual. La fuerza del arcángel San Miguel, capaz de formar la fisonomía y configurar al hombre.

La inmortalidad personal ha llegado a ser una verdad desde que el Alma Consciente ha entrado progresivamente en la humanidad. El obrar conjunto de la inteligencia solar y las inteligencias planetarias. En el siglo IX -con el descenso de la Inteligencia Cósmica a los hombres-, acontece la separación de los poderes universales que hasta ese momento estaban vinculados unos con otros: la inteligencia solar del Arcángel San Miguel y las inteligencias planetarias entran en oposición entre sí. Dentro de este suceder se encuentra el Concilio Ecuménico de Constantinopla en el año 869 como una señal de algo tremendo que está aconteciendo en el mundo espiritual: la división de los Ángeles que guían las almas humanas y, por ello, la presencia del desorden que llega al karma humano; también aquí se encuentra la razón de lo caótico en la historia moderna. Con la llegada del Arcángel a la regencia terrenal, se despertará, en los que fueron con él, la fuerza que pone de nuevo orden en el karma.